
25 de diciembre -
Hoy es un día de
transición. A las nueve de la mañana estamos ya todos montados en el autobús,
aunque hay una pequeña demora para salir hasta que nos aclaramos dónde debe
sentarse cada uno. Esta compañía implementa en todos sus tours lo que llama “seat
rotation policy”, que básicamente significa que cada día hay que cambiarse de
sitio en el autobús, según una regla fija, que te lleva a adelantar dos puestos
en cada cambio. A mí, la verdad, me parece una complicación para algo que podría
resultar mucho más sencillo. Pero todo el mundo se lo toma con esa seriedad
anglosajona y ese respeto a las normas que tienen los estadounidenses. Lo mismo
sucede con los horarios, medidos casi al minuto. Cuando por fin conseguimos
arrancar nos encaminamos a una escuela local con la que Gate Tour colabora. Nos
recibe un grupo de niños pequeños para que nos hagamos fotos con ellos y les
demos el material escolar y los regalos que les hemos traído. Yo me siento como
en “Bienvenido Mister Marshall”, aunque entiendo que por lo menos los donativos
que reciban les serán útiles, o eso espero…. Los americanos del tour están
todos encantados y algunos, casi entusiasmados. No deja de haber una cierta
contradicción en que luego partamos todos en un autobús de lujo hacia un hotel
de lujo….


El resto del día es de
autobús. Sobre las 13,30 paramos en una gasolinera y compramos algo de comida
rápida para comer en marcha. De camino, el guía habla sobre la historia de
Sudáfrica. Aunque el tema me interesa, y mucho, debo confesar que, como duermo
poco, cada vez que empieza a hablar me quedo dormido. Ayer tuvimos más tiempo
para descansar, para al final me acosté a las doce y media, actualizando el blog.
Llegamos al hotel a las
15,30. Como el que nos habían asignado inicialmente estaba completo, nos han
dado otro, teóricamente mejor según el guía. Las habitaciones son un poco
viejas, pero las instalaciones son muy bonitas, con jardines, un campo de golf
y hasta un río con hipopótamos y cocodrilos (de hecho, nos aconsejan no andar
por allí de noche). Tras deshacer el equipaje salgo a dar una vuelta por las
instalaciones del hotel y me encuentro con Elena y Jim, que también están dando
un paseo. Regreso a la habitación a actualizar el blog, con idea de bajar luego
a leer un rato a la piscina antes de la cena, sobre las siete, que tenemos
incluida en el hotel. Mañana hay que estar en pie a las 4,15 para uno de los
grandes acontecimientos del viaje: el safari por el parque Kruger.
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