6 de enero - Hoy me levanto un poco más tarde
que estos días pasados en el Delta (a las siete en vez de a las cinco y media).
Bajo al gimnasio, aunque tan solo media hora, para no ir justo de tiempo.
Luego, desayuno y acabar de preparar las cosas para dejar libre la habitación a
las 11 y salir para el aeropuerto: el primer vuelo a Doha sale a las 15,30. En
total, serán unas 17 horas de viaje, 15 de ellas en el avión.

Como llego temprano al aeropuerto, aprovecho para ver las tiendas. El vuelo de Johannesburgo a Doha sale con un poco de retraso, pero tampoco nada importante. Como veo que está libre uno de los asientos centrales de la fila de salida de emergencia, después de despegar le pregunto a una azafata si me puedo sentar allí. Aunque parece poco estúpida le pregunta a una compañera y me dice que sí, Mis compañeros de asiento no me reciben precisamente muy bien. Me echan unas miradas asesinas, sobre todo el hombre que está sentado de la izquierda, muy grueso, que había "colonizado" el asiento libre. Al principio me pregunto si no habrá sido mala idea sentarme aquí, porque el hombre se expande todo lo que puede hacia mi asiento, pero al final la cosa vuelve a su ser y me alegro de estirar las piernas.
En Doha tengo como una hora y media de espera escasa, al llegar tarde el primer vuelo. Por suerte, todo está muy bien organizado y ni siquiera hay que pasar controles de seguridad, como sucedió también a la ida. El segundo vuelo dura otras siete horas y media. Intento dormir un poco, pero es complicado, porque pocas horas después de servir un sandwich para la cena ya están trajinando con el desayuno, dos horas antes de aterrizar..
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En el aeropuerto me espera Mª Rosa, que me acerca a casa. Y así acaba mi primer viaje por el África subsahariana. Tres semanas muy completas que han merecido muco la pena. Ahora toca pensar en el siguiente viaje. Por si acaso Qatar Airways ya me ha enviado ofertas de vuelos, algunas muy interesantes de precio.
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