martes, 6 de enero de 2015

Regreso a Johannesburgo

5 de enero - Hoy el viaje toca prácticamente a su fin. Antes de salir de Gunn’s Camp hacemos una excursión en mokoro, de unas dos horas de duración. En uno de los mokoros vamos Mike y yo, y en otro, el guía de los alemanes. El paseo resulta apacible y relajante, sobre todo la primera hora, cuando aún dura algo del frescor de la mañana. Primero vamos en dirección contraria a la que hemos seguido estos días pasados, avanzando por canales estrechos, golpeando a veces la vegetación que crece en el río. Cuando vemos un hipopótamo que nos cierra el paso, damos la vuelta y seguimos en sentido contrario. A las 10,40 cogemos la avioneta para llegar a Maun (un vuelo de unos 20 minutos de duración, menos movido que el de la ida).



 Luego me toca esperar casi tres horas en el aeropuerto de Maun, pequeño y sin nada de interés. El vuelo de Air Botswana despega un cuarto de hora antes de tiempo y llega muy puntual, aunque hay una cola importante en inmigración (al final ni siquiera me miran los sellos del pasaporte, pero prefiero no haberme arriesgado a cruzar a Zambia) y tardo también bastante en conseguir el equipaje (cambian la cinta por la que sale sin avisar). Cojo el shuttle para ir al hotel, pero soy tan despistado que me equivoco de hotel: como durante todo el viaje por Sudáfrica nos hemos alojado en la cadena Protea me voy al Protea OR Tambo en vez de al Premier OR Tambo, que tengo reservado. Por suerte, ambos están casi al lado y el chofer del primer hotel me acerca. Preparo el equipaje para el día siguiente, hago la facturación online, y consulto el correo electrónico, donde tengo algunas fotos fabulosas que me envía Renuka, incluidas algunas que hicimos en Chobe el día que compartimos “Game Drive”.




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